lunes, 14 de mayo de 2012

Capitulo 3º

 Cuando llegué a casa de Anahi, ella se estaba duchando. La música a todo volumen. Las paredes del baño tiritaban. Si yo hago lo mismo en casa, mi hermana me grita que el bebe, que los vecinos, y mi mamá que los tímpanos, que la luz es cara, si lo mismo la cortan cuando quieren, digo yo.
   En la casa de Anahi no existían esos reproches. Además, la luz funcionaba. Es que en esa casa todo funcionaba. Sus padres eran comprensivos y simpáticos, y ella, única hija mujer, tenía dos hermanos varones obligado a "adorarla como la reina del hogar", así decía su papá. Su hermano mayor estudiaba ingeniería nuclear en el sur y la ayudaba con todas las monografías de las escuelas a través del correo electrónico, ¡era un genio! Su otro hermano, Pedro, mi bello piscis, ya estaba en el último año de la escuela y como manejaba el auto de la madre, la llevaba a todos lados. Con decir que Anahi casi ni conocía las lineas de colectivo. No sé si sus hermanos se sentían tan felices "adorándola" pero hacía lo que ella quería, la llevaban, la buscaban, la esperaban y todas esas cosas que ni por casualidad me tocaban a mi, con único hermano mayor casado y ojeroso por no dormir bien en las noches por causa del llanto de su bebé, pobrecito... pobrecito él y yo y todos, que teníamos los oídos hinchados de tanto escucharlo chillar.
     Mi hermano Gonzalo, el Gonza, vivía en mi casa, con su hijo y con la reverenda "i". Se casaron "de apuro" como diría la chismosa de la tía Clota, pero me parece que no tenía tanta urgencia para irse a vivir solos, así que en vez de convertirme en hija única, quera el sueño de mi vida, pase a ser la asistente familiar de todos. "Es trabajo para la mano de obra desocupada de la casa", decía mi papá, riéndose al encargarme más y más tareas. ¿Yo por qué?, ¿Quién mas mano desocupada que la esposa de mi hermano que trabajaba e vez en cuando? "No porque ella no quiera, voluntad es lo que le sobra", decía mi mamá amparando a Gonzalo, para variar.
       Yo adoraba la vida de Anahi. ¡A ella si que los astros la sonreían! ¡Su karma era la buena vida! Anahi dormía en habitación propia y usaba ropa propia -nunca había heredado trapos de una hermana-; además tenía madre de tiempo competo y no como la mía, maestra de primero que no solo trabajaba en la escuela para sus adorados alumnos, sino que traía toneladas de cuadernos para corregir en casa, y como si fuese poco, no paraba de asistir a cuantos curso de capacitación le propusieran.
A veces llegué a pensar que quería ser declarada la maestra del siglo o que la nombraran en algún himno escolar.
  Con Anahi nos conocíamos desde chicas. Fuimos vecinas y siempre compañeras de estudio en la escuela. Tenia suerte de que ella y sus padres me quisieran tanto y me hicieran sentir como de la familia. El único que me ignoraba parecía ser Pedro.
   No me atrevía a contarle a Anahi que a mi me gustaba su hermano, no quería que pensara que mi amistad era interesada.


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1 comentario:

  1. Gracias por tu tiempo ess lo que buscaba los capitulos del libro si tu signo no es cancer por las dudas tenes algun lugar donde pueda descargar el libro completo gratis ??? Gracias por los libros Genia

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